Cuando se trata del cuidado de la piel, solemos enfocarnos en cremas, sérums y productos tópicos. Sin embargo, lo que sucede dentro del cuerpo tiene un gran impacto en la apariencia exterior. La hidratación, la nutrición y los antioxidantes que ingerimos juegan un papel fundamental en una piel saludable.
Una forma sencilla y poderosa de nutrir la piel desde dentro es incorporar infusiones naturales a tu rutina diaria. En este artículo, descubrirás 7 infusiones que cuidan tu piel desde el interior, sus beneficios y cómo prepararlas correctamente.
¿Por qué las infusiones ayudan a la piel?
Las infusiones están cargadas de compuestos activos que:
- Combaten los radicales libres (responsables del envejecimiento)
- Mejoran la digestión (lo que se refleja en la piel)
- Favorecen la depuración del organismo
- Hidratan naturalmente
- Calman la inflamación
Además, son una forma deliciosa y natural de aumentar tu consumo diario de agua.
1. Infusión de manzanilla – Calmante y antiinflamatoria
La manzanilla es una de las hierbas más suaves y efectivas para la piel, especialmente si sufres de:
- Enrojecimiento
- Alergias
- Piel sensible o reactiva
Beneficios:
- Calma desde dentro
- Mejora la calidad del sueño (y dormir bien embellece)
- Reduce el estrés, que muchas veces causa brotes
Cómo prepararla:
- 1 cucharadita de flores secas por taza
- Agua caliente (no hirviendo)
- Infusionar 5-10 minutos
2. Té verde – Antioxidante y antiacné
El té verde es rico en catequinas, antioxidantes que protegen la piel del daño celular, regulan el sebo y ayudan a combatir granitos y puntos negros.
Ideal para:
- Piel grasa o con tendencia al acné
- Prevenir signos de envejecimiento
Consejo: no tomes más de 2 a 3 tazas al día si eres sensible a la cafeína.
3. Infusión de diente de león – Depurativa
El diente de león ayuda a limpiar el hígado y los riñones, órganos clave para eliminar toxinas que podrían reflejarse en la piel como opacidad, granitos o irritación.
Recomendado para:
- Piel apagada o con tendencia a imperfecciones
- Depurar tras periodos de excesos alimentarios
Importante: no usar en exceso si tienes presión baja o problemas renales.
4. Té de menta – Regula hormonas y grasa
La menta tiene propiedades antiandrogénicas suaves, lo que puede ayudar a equilibrar las hormonas relacionadas con el acné hormonal.
Beneficios:
- Mejora la digestión
- Refresca y desinflama
- Controla el exceso de grasa en la piel
Cómo tomarlo: 1-2 tazas al día, idealmente entre comidas.
5. Infusión de rosa mosqueta – Regeneradora
La rosa mosqueta no solo se usa en aceites. Su infusión es rica en vitamina C y flavonoides.
Ideal para:
- Estimular la producción de colágeno
- Mejorar la elasticidad de la piel
- Combatir manchas y cicatrices
Cómo prepararla: infusiona 1 cucharada de frutos secos triturados por taza durante 10 minutos.
6. Infusión de caléndula – Desintoxicante y antiinflamatoria
La caléndula es una planta con propiedades cicatrizantes, antisépticas y antiinflamatorias. Su infusión es perfecta para calmar el cuerpo y la piel desde dentro.
Útil para:
- Piel sensible, rosácea o con eczema
- Brotes o inflamaciones ocasionales
Tip: también puedes usarla para hacer compresas o tónico casero.
7. Té rooibos – Antiedad natural
El rooibos es libre de cafeína y rico en minerales como zinc, hierro y antioxidantes.
Beneficios:
- Combate el envejecimiento prematuro
- Suaviza la piel desde dentro
- Calma el sistema nervioso (menos estrés, mejor piel)
Puedes tomarlo por la noche sin afectar el sueño.
Consejos para aprovechar al máximo las infusiones
- Sé constante: los efectos se ven con el uso diario o frecuente
- No endulces con azúcar: mejor con miel o sin nada
- Evita usar agua hirviendo: puede destruir nutrientes delicados
- Consulta con un profesional si estás embarazada o tomas medicación
Combina cuidados internos y externos
Las infusiones no reemplazan tu rutina de cuidado facial, pero sí la potencian desde el interior. Son un complemento delicioso, saludable y económico para una piel más luminosa, equilibrada y fuerte. Empieza con una o dos al día y observa cómo tu piel —y todo tu cuerpo— te lo agradecen.